Al sur del Perú, entre el océano Pacífico y las laderas occidentales de la Cordillera de los Andes, se encuentra un valle bendito llamado Ica. Lugar donde las 12 variedades de pallar se cultivan en las mejores condiciones climáticas desde tiempos inmemorables, haciendo sus primeras apariciones como parte de los rituales religiosos de los Mochicas.